Festival Internacional de Publicidad de Cannes 1997

 Un tumultuoso enjambre de más de 6.000 publicitarios provenientes de 70 países le dio vida por 44a vez al festival que sigue marcando el punto más alto de la actividad en todo el mundo. La creciente impronta oriental se manifestó este año en una nutrida delegación china -más de 350 miembros- y la nominación como "Anunciante del Año" de la compañía japonesa Nissin. El reparto de Leones fue razonablemente pródigo y nuevamente privilegió el valor de las ideas simples, aunque con un cierto toque de audacia.

 La Argentina -que casi duplicó su número de representantes- se alzó con el primer premio en el certamen de Young Creatives y seis estatuillas, entre ellas el primer Oro en fílmica después de 20 años.

 La elegante tranquilidad de esta villa diseñada como para una postal se ve año a año conmovida por la irrupción de la crema y nata de la creatividad publicitaria mundial. Irrupción por cierto masiva, en especial en esta última edición que convocó a más de 6.000 delegados de 70 países. Así, a partir de la mañana del 23 de junio las huestes festivaleras -perfectamente identificables por los bolsitos de lona con la imagen del León, el look casual y la Babel lingüística- comenzaron a trajinar la Croissette, una señorial avenida costanera habitualmente atestada de Rolls Royces, Jaguars, Ferraris y vehículos del estilo.

 Los contingentes más nutridos -por lógicas razones de vecindad- fueron los franceses y los italianos, con 600 miembros cada uno, seguidos por los alemanes, con alrededor de 500, mientras que, desde Latinoamérica, Brasil descollaba con más de 300 delegados y la Argentina casi duplicaba su representación con 130 participantes.

 

Pero el verdadero boom tenía sello oriental. Según recordó puntualmente Roger Hatchuel, presidente del Festival, "hasta 1995 no había un solo delegado de la República Popular China; en el '96 tuvimos 150 y este año son 350". El incremento guarda relación con la expansión de la actividad en aquel país; la inversión publicitaria creció 34% entre el '95 y el '96, con un monto de US$ 1.100 millones sólo para televisión, en la que los anunciantes top son -cuándo no- Procter & Gamble, seguida por Jian Li Bao -una empresa de bebidas soft- y Qin Chi, una compañía de vinos.

 

En cuanto a las piezas inscriptas, a nivel de fílmica la cantidad se mantuvo estable: 4.500. La explosión se produjo en gráfica, con 6.651 piezas, 37% más que el año pasado.

 

 

La presidencia del jurado recayó en Bo Ronnberg, un sueco que supo ser el enfant terrible de la publicidad escandinava, hoy asociado a McCann, quien planteó de entrada las reglas de juego. "La idea creativa tiene que ser la clave, pero debe servir a un propósito, hacer algo por la marca", señaló; "aunque todos amamos la ocurrencia y la sorpresa, no podemos premiar automáticamente comerciales que son esencialmente chistes filmados a los que se les puede adosar cualquier producto. No estamos en el show business, sino en el negocio de la comunicación".

 

Buenas nuevas

 

El martes por la mañana, la conferencia de prensa del jurado de gráfica deparó la primera gran emoción para la Argentina. En la Competencia de Jóvenes Creativos, en la que participaron 27 equipos de otros tantos países, triunfó la dupla formada por Maximiliano Anselmo y Damián Kepel, directores creativos de Agulla & Baccetti y Young & Rubicam respectivamente, quienes se llevaron el galardón con una pieza gráfica visualmente contundente que mereció la ovación de la concurrencia en la ceremonia de entrega de premios que se realizó por la noche.

 

A esto se sumaron los tres Leones de Plata que obtuvo Fernando Fernández por sus avisos para la campaña de seguros de retiro de La Estrella, los que también fueron generosamente aplaudidos en la exhibición nocturna. A pesar de la importancia de estos tres Platas, un cierto dejo de desilusión campeaba en la delegación argentina, ya que entre las 246 piezas inscriptas había unas cuantas que se jugaban a acceder a algún metal y que, a la luz de otras que resultaron premiadas, quizás habrían merecido mejor suerte.

 

Las ideas audaces con una fuerte síntesis conceptual cautivaron a los jurados. Así, el Grand Prix fue para el afiche "Marcas de frenada", que Leo Burnett Gran Bretaña produjo para Mercedes Benz y que desde una mirada de copywriter tanguero se traduciría perfectamente como: "Se paraban pa' mirarlo". El reparto global fue generoso, con 38 Oros, 35 Platas y 43 Bronces. En términos de países, Gran Bretaña volvió a encabezar el score con 48 Leones, seguida por Brasil con 34 y España con 24. Resultó también destacada la performance asiática, como lo demostraron los 14 Leones que acaparó Singapur.

 

El miércoles arrancó como otro buen día para el orgullo local. En el New Directors Showcase, que desde 1991 Saatchi & Saatchi Worldwide presenta en el marco del Festival, tuvo su sitio por primera vez un director argentino. Lucho Bender, un joven veterano en estas lides, vio junto a un puñado de connacionales alborozados cómo tres de sus producciones se exhibían entre los "21 talentos para el siglo 21", codeándose así con otros 20 creadores seleccionados alrededor de todo el mundo. El Showcase, en palabras de sus organizadores, siempre ha apuntado a detectar los nuevos valores que -en muchas ocasiones- se han transformado luego en verdaderas estrellas de la actividad. Como ocurrió en su momento con Tarsem, ahora indiscutido star, quien dirigió el año anterior el impactante comercial de Nike "Good vs. Evil".

 

Esa misma mañana uno de los flamantes auspiciantes del certamen, el diario estadounidense USA Today, llevó a cabo su seminario "La elección de la gente: una mirada a los avisos más votados por el público". Dottie Enrico, columnista del periódico, junto a un panel de creativos de nota, descubrieron una estrecha ligazón entre la inspiración creativa y la demanda de los consumidores. La afirmación se respaldó en el Ad Track, la encuesta telefónica que realiza mensualmente el matutino (más de mil casos en todo el país), y que según Enrico demuestra que "la gente tiene bastante buen gusto, y la mala publicidad simplemente ya no tiene lugar donde esconderse".

 

Como en cada edición, Apple y Kodak realizaron sus seminarios técnicos, mientras la agencia Foote, Cone & Belding enseñaba "cómo mirar un reel" y McCann-Erickson Worldwide daba cuenta de los avances en materia de comunicación publicitaria a través de Internet.

 

El plato fuerte

 

El enjambre publicitario seguía zumbando entre las exhibiciones de las diversas categorías de avisos televisivos, el Creative Market -donde las proveedoras de la industria exhibían sus últimas joyas- y los bares aledaños al Palais, sin descuidar el mediodía playero ni las trasnoches del bar del Hotel Martínez, a la espera del plato fuerte.

 

La primera aproximación se dio el viernes, con la difusión de la short list de fílmica. Allí, 12 piezas argentinas llegaban al repechaje: cuatro de Young & Rubicam, tres de Lautrec, dos de Ratto y una de Rainuzzo, de ADV Vázquez y del Círculo de Creativos (la polémica "Submarino", que había sido aplaudida en las proyecciones). La esperanza seguía en pie. Y, por cierto, no se frustró. Después de casi dos décadas, se logró un León de Oro en este esquivo rubro y fue a parar a manos de Lautrec y su muy festejado aviso de la profesora de francés para la AFJP Consolidar. Pero también hubo Bronces: uno para las espantadas cucarachas de Ratto (Baygón Verde), y otro para el recurrente "Guitarrista" de Juan Cravero (ITMC).

 

El Anunciante del Año fue la compañía japonesa de alimentos Nissin -que, paradójicamente, en esta edición no obtuvo ninguno de sus acostumbrados Leones-; el primer puesto entre las agencias lo ocupó la estadounidense BBDO -con un meritorio tercer lugar para la brasileña DM9-; la Palma de Oro de las productoras se la llevó Propaganda/Satellite Films de Estados Unidos, en tanto que el premio de la prensa fue a manos de la holandesa Result DDB y su festejada pieza "Museo" para la aseguradora Centraal Beheer.

 

Por fin, el Grand Prix se le otorgó a la campaña creada por la sueca Paradiset DDB para los jeans Diesel, con dos piezas que según el jurado fueron elegidas por consenso casi unánime y que, sin embargo, dividieron las aguas de las opiniones entre los que se rendían fascinados frente a su frescura y sencillez y los que planteaban que no tenían la envergadura que se espera de un galardón de esa magnitud.

 

La ceremonia de entrega de premios fue esta vez austera, sin shows ni mucha puesta en escena. La gala final, otra vez en el fastuoso Palm Beach, discurrió entre una refinada cena y la magia del espectacular despliegue de fuegos artificiales que iluminó el Mediterráneo. Cuando se apagaban sus últimas luces, la marejada creativa se arrastró hasta el Martínez para brindar, gozar -o envidiar discretamente el goce ajeno- y empezar a soñar un sueño de Leones para el año que viene.

 

Juntos son dinamita

 

El equipo argentino se alzó con el premio en el certamen de Young Creatives que les valió el pasaporte a Cannes '98, un impresionante equipamiento técnico y el orgullo de colocar al país en la primera plana.

 

Promedia el Festival, y ellos transitan el territorio del sueño. El literal, producto del poco dormir, y el otro, el grande, el de haber obtenido un premio que es un hito para la creatividad argentina, para sus carreras y también para las expectativas de otros jóvenes que -como ellos- trajinan el trabajo cotidiano con la ambición de ser los mejores.

 

Damián Kepel, 27 años, es director creativo de Young & Rubicam y empezó en esto en el '90, como trainee en De Luca. Maximiliano Anselmo, 29 años, también es director creativo, pero en Agulla & Baccetti, y comenzó en el '92 en Casares como pasador. Elegidos por votación de un grupo de los pesos pesados de la creatividad local, constituyen el equipo que ocupó el primer puesto en el podio del certamen de Young Creatives. Una competencia exigente en la que, recién aterrizados en Cannes, les presentaron un brief y les dieron 24 horas para producir una pieza gráfica que debía confrontar con las de otros 26 países.

 

"Las primeras tres o cuatro horas estuvimos pensando qué teníamos que decir, buscando el concepto", confiesa Kepel, "porque sabíamos que si pifiábamos el camino quedábamos afuera". Para Anselmo, eso tiene que ver con la forma en que trabajan con los clientes: "Esto, que era directamente para un premio, lo hicimos así porque es el modo en que trabajamos habitualmente. Llegamos al concepto, donde uno se plantea: 'Vamos a decir esto, ahora busquemos el vehículo que mejor lo muestre'; tenía que cerrar, se tenía que entender".

 

¿Qué significa el premio? "Para mí, lo bárbaro fue que todos teníamos el mismo brief, el mismo tiempo, los mismos recursos", afirma Kepel; "en Buenos Aires nos quejamos de que en Estados Unidos tienen dos meses para hacer una campaña y nosotros dos días, que ellos tienen no sé qué máquina y nosotros no, pero acá todos estábamos igual. Y demostramos que la creatividad argentina puede competir en excelente nivel con cualquiera".

 

"Los obligamos a poner al país en tapa, a subirnos al escenario", se entusiasma Anselmo, "sabiendo que a Latinoamérica siempre la corren a un costado, la tienen como ahí, que no se mueva. Eso es fantástico".

 

 

 

Salven a los chicos

 

El brief de la organización no gubernamental Save the Children planteaba un difícil desafío. Apuntaba a conjugar la idea de la explotación de los chicos que trabajan, que en muchos casos originó boicots hacia las empresas que los empleaban, con los riesgos mayores que conlleva que esas mismos niños y niñas, para sobrevivir, deban apelar al delito o la prostitución. Algo así como optar por el mal menor y bregar para que las condiciones de trabajo de los menores sean las mejores posibles.

 

El team argentino se lanzó a una idea y una estética jugadas, de fuerte contenido sexual, shockeantes sin llegar a lo desagradable. La imagen, potente, está acompañada por un texto que sintetiza claramente el concepto: "Para entender lo que un chico tendría que hacer para vivir si alguien le sacara su trabajo, haga esto: tape con su mano el cajón de lustrabotas. El trabajo de los chicos es malo, pero no tanto como su prostitución. Déjelos trabajar, si lo necesitan, pero al mismo tiempo déjenos darles educación, salarios justos y horarios razonables".

 

Una jubilación dorada

 

Las coincidencias felices quizá no son sólo fruto del azar. Los directivos de Consolidar ganaron el concurso -nada azaroso- que organizó su agencia para llevar un anunciante a Cannes y, como fruto de un trabajo muy integrado, subieron con la gente de Lautrec a recibir un León de Oro.

 

José Aragone, director de Marketing de la AFJP Consolidar, disfruta del impasse del mediodía playero en el beach restaurant del hotel Carlton sin animarse demasiado a soñar con el escenario del Oro en el Palais que lo aguarda en la noche del sábado. "La experiencia es poder estar viviendo lo que representan las presentaciones de las distintas categorías en un mismo momento, compitiendo todos por un premio, ver lo que está haciendo el resto del mundo en lo que a uno le interesa", reflexiona con calma.

 

Lo que a su empresa le interesa le suscita impresiones diversas; "en la categoría seguros vi cosas interesantes, con creatividad, con transmisión de mensaje", señala. "La de bancos me sorprendió más negativamente, medio chata y bastante aburrida; en los últimos tiempos, en la Argentina, tal vez hubo mejores cosas para este tipo de producto".

 

Ricardo Rodríguez Marengo, director comercial de la empresa, apunta que en ese rubro "teníamos la expectativa de ver mejores comerciales; se trata de una categoría en la que hay que transmitir cosas que tienen que ver con la seriedad, pero por otro lado hay algunos productos, como las tarjetas de crédito, con los que se pueden hacer cosas más divertidas, aunque en muchos casos hay una especie de afán de encontrar un chiste o algo creativo que termina en un mensaje que está fuera de lo que podría ser el anuncio de una institución financiera. De todas maneras, hay que reconocer que son categorías más difíciles de resolver. Ahora hemos podido valorar mejor el esfuerzo de nuestra agencia con las ideas que nos traen".

 

¿Cuál es el concepto de comunicación que quieren transmitir? Para Aragone, "lo que uno está comunicando es un servicio; uno está dando un intangible, hay que generar una ilusión, un sentirse bien en la gente, una afinidad hacia la marca, pero no está el producto concreto para mostrarlo. No se puede mostrar cómo es un plan de jubilación, de retiro, de prevención en el caso de accidentes de trabajo; hay que generar un vínculo que sirva como abrepuertas, para que después los profesionales de la venta puedan cumplir su papel porque ya hay una relación con el público. Toda nuestra comunicación ha trabajado para generar eso, demostrar que somos para todos, que se trata de una marca con respaldo que va a estar dentro de 30 o 40 años, que es cuando la gente realmente la va a empezar a disfrutar". ¿Venden promesas? "Exactamente, y hay que ser creíbles en esa promesa."

 

Del maratón al vino francés

 

"Nosotros veníamos de una campaña como la de 'Maratón', que nos había dado muchas satisfacciones", señala Rodríguez Marengo; "entonces, salirse de una campaña exitosa es una decisión más difícil que cuando uno viene mal y tiene que cambiar sí o sí". Para Pablo del Campo, director general creativo de Lautrec, "una cosa importante en este proceso fue que hicimos mucha búsqueda a la hora de definir la comunicación. De hecho tuvimos una reunión -que hasta se podría recordar como nefasta- donde presentamos desde la línea más tradicional hasta la más audaz, pero era algo bueno como ejercicio para encontrar el camino que teníamos que seguir. Y sentimos que el cliente entró en el proceso creativo, que lo hicimos en equipo; ahí fue donde quedó 'Forever young'".

 

Aragone destaca que "una de las grandes incógnitas era ver si el público iba a estar preparado para aceptar la muestra de lo que puede ser su jubilación a futuro, porque la historia es muy pesada; todos tenemos algún pariente cercano que está jubilado y hay que seguir ayudándolo, manteniéndolo. Entonces, ¿cómo transmitir a las futuras generaciones de jubilados que eso va a cambiar? Y que tampoco sea una promesa exagerada, porque si uno le muestra al jubilado estadounidense, no se la creen. Por eso pienso que el equilibrio que se logró con esta campaña de 'Forever young', combinada con el 'quizá no podamos hacer que deje de trabajar, pero sí que no lo necesite', es un poco eso".

 

"Hay una promesa de mantener los estándares de vida que uno tiene", acota Del Campo, "y eso es clave. El hecho simple de poder seguir yendo al cine, a comer a un restaurante y pedir un vino, son cosas simbólicamente muy importantes dentro de la campaña".

 

"A lo que apunta el mensaje", concluye Rodríguez Marengo, "es a que la dignidad no sólo tiene que ver con lo económico, sino con la posibilidad de seguir siendo lo que uno es. El profesor tal vez se jubiló pero sigue siendo profesor toda su vida; el médico, el bicicletero, todos, y que en definitiva uno puede seguir trabajando, pero porque tiene el derecho de hacer lo que quiere, y ése era un punto que nos pareció importante".

 

La fiebre del oro

 

Pablo del Campo, director general creativo de Lautrec Nazca S&S, acaba de atrapar su segundo León de Oro consecutivo. El año anterior fue en gráfica -con la campaña de Sony- y esta vez en fílmica, que por casi dos décadas había negado a la creatividad local semejante distinción. Lo que no es poco, máxime si se considera que se trató de la única fiera dorada que la cadena internacional Saatchi & Saatchi capturó en esta edición de Cannes.

 

En la ocasión, el anunciante tuvo la chance de compartir la euforia del éxito por haber ganado una suerte de Prode que organizó la agencia entre todos sus clientes (exhibiéndoles todos los premios de Cannes '96 y haciéndoles determinar cuáles habían sido, a su juicio, los Oros).

 

La pieza, "Francés", donde una arquetípica profesora jubilada -que lo es en realidad- emprende una clase del idioma con un mozo/alumno compuesto por un excelente actor, cosechó, junto con el premio, risas y aplausos de la concurrencia. Como dicen que no hay dos sin tres, Del Campo ya vela sus armas para la cacería del '98.

 

Los Leones son los Oscar de la publicidad

 

Presidente de Massalin Particulares desde hace poco más de un año pero vinculado a la empresa desde hace casi 25, Rafael Argüelles comenzó a incursionar en Cannes desde fines de los '70, convencido de que los empresarios tienen que sumergirse en estas aguas para empaparse de las tendencias en boga en materia de comunicación.

 

"Yo soy un hombre de marketing y una de mis grandes pasiones es la publicidad, la comunicación, pero sobre todo desde lo visual, la imagen. Por eso, esto siempre me fascinó y sigue siendo un tremendo aprendizaje", confiesa Rafael Argüelles, presidente de Massalin Particulares. "Sé que voy a repetir un clisé, pero es así: en este mundo globalizado es importante ver si hay algo que empieza a diferenciarse, nuevos caminos, nuevas formas de comunicación. Sirve para detectar las nuevas tendencias, ver de dónde vienen los tiros".

 

Argüelles asume que Cannes es una gran vidriera: "Los Leones son los Oscar de la publicidad desde hace tiempo". Pero esta vez hay un elemento que lo ha conmocionado y es el factor juvenil. "Es una de las cosas que más me ha impresionado después de siete años que no venía. Encuentro muy gratificante la presencia y la importancia de los jóvenes. Que haya una categoría, que se los empiece a reconocer, eso incluso hace que -al darles un peso mayor- todos se desacartonen un poco, en todo sentido, hasta físicamente."

 

En cuanto al nivel del material, afirma que "lo encontré bastante chato; claro que el humor siempre salva. En la categoría que tiene que ver con mi actividad, no vi nada extraordinariamente creativo. Me llamó sí la atención un comercial de una marca brasileña no muy conocida que jugaba con una actitud entre irreverente y hasta cínica, ya que salía en la pantalla una leyenda que decía: 'La pimienta puede causar hemorroides', otro flash con 'la grasa de la carne puede causar colesterol', y terminaba con lo de 'el cigarrillo puede provocar efectos perjudiciales para la salud'. Y hay dos cosas que me impactaron: que una tabacalera lo dijese -porque muchas veces hemos pensado esto de los factores de riesgo-, y la segunda fue que lo aplaudieron. Después estaba el habitual comercial de Hamlet, los cigarritos ingleses, apelando al humor pero bastante risquè, usando no digo sexo explícito pero algo de tono muy subido, onda casi Jaimito, porque era luces apagadas y todo un juego de 'quién lo tiene más largo'; claro que con ese estilo inglés tan bien hecho. Después, lo otro, todo más de lo mismo".

 

Cowboy go home

 

Puesto a considerar la comunicación de su empresa en la Argentina y las imágenes de sus distintas marcas, Argüelles señala que, por ejemplo, "con Marlboro allá pasa una cosa muy curiosa, ya que es el único país del mundo que no usa la campaña del cowboy. Esto pasó de un modo entre accidental y lógico: el último decreto que firmó el presidente Lanusse en 1973 prohibía el uso de material publicitario importado y, por otro lado, con la efervescencia de la época, la gente iba al cine, veía un cowboy y lo silbaba. Eran los tiempos del yankees go home. Pero también era el momento de la Fórmula Uno fuerte, de Lole Reutemann, así que largamos con esa campaña basada en deportes de motores y deportes fuera de lo común. Hoy Marlboro tiene 36 puntos de mercado, es una marca líder y con una imagen feroz. Otra marca que es chica pero tiene una imagen soberbia es Parliament, y ahora con los avisos de Antonio Banderas, ni que hablar. Yo diría que el liderazgo no es accidental, con todo el respeto por la competencia, porque Nobleza es una gran empresa, es un placer competir con ella. Pero creo que supimos anticipar una tendencia que es que todo está lleno de marcas internacionales con las que uno se siente cómodo y de algún modo viaja haciendo zapping; cuando uno ve en una carrera un auto 'marlborizado' -como lo llamamos-, o va al aeropuerto de Niza y en el Duty Free hay un bruto aviso de Marlboro, es como si el producto te fuera siguiendo".

 

En cuanto a por qué tener varias agencias para manejar la publicidad de las marcas, Argüelles confiesa que "nunca me detuve a pensarlo; en realidad no son tantas, la más pesada es Radiux, que es casi como una cautiva y tiene Marlboro, Benson, Parliament, LM y Philip Morris, Lautrec tiene Le Mans y, desde hace unos meses, Young & Rubicam tiene Chesterfield, que ahora es un proyecto para Latinoamérica que vino enlatado".

 

 

 

Sobre el final, Argüelles se pregunta cómo es que la Cámara de Anunciantes no participa de estos eventos: "Yo estoy aquí en mi calidad de anunciante, y es incomprensible esa indiferencia como institución, con todo lo que tienen para hacer y decir en ese papel. Parece que fuera nada más que un sello en manos de una dinastía; a mí me encantaría que hubiera una suerte de revolución de jóvenes turcos que tomaran la entidad y la hicieran funcionar de verdad".

 

Los premios del prójimo

 

Desde su posición de gerente de comunicaciones corporativas y de marketing de Philips Argentina, Alejandro Manzanares viene de la publicidad y la ama. Satisfecho con el posicionamiento de la empresa, no desdeña las mieles de los premios.

 

A mitad de camino entre las vacaciones y el trabajo, este hombre, que cruzó hace años la frontera de su actividad como publicitario para hacerse cargo del marketing y las comunicaciones de Philips Argentina, reconoce que en Cannes se ve la mejor publicidad del mundo y se entusiasma con la idea de analizar la categoría de audio y video.

 

"En este momento en la Argentina somos líderes del segmento, y también en iluminación y electrodomésticos; son mercados que se han movido mucho en los últimos años y donde estamos compitiendo con primeras marcas a nivel mundial. Nos ha ido muy bien tanto desde el punto de vista del negocio como desde el de la imagen", comenta satisfecho.

 

Sin embargo, reconoce que en un momento la empresa se quedó algo estancada: "Philips tiene 106 años, en la Argentina cumplió 60, y sí, se trabajó mucho tiempo para un mercado local cerrado; se producía con las matrices que se podían conseguir allí y para lo que la demanda local requería. Pero también era un problema de la empresa a nivel mundial, de una cierta actitud conservadora en los diseños, de un quedarse con las glorias del pasado; es el peligro de pasar de ser una marca tradicional a una marca vieja, con todo el riesgo que eso implica. Pero en los últimos años eso se revirtió, se lanzaron nuevos desarrollos, un excelente diseño de productos y un trabajo importante en el plan de management. Es algo complejo, en una empresa como ésta, manejada originalmente por ingenieros o administrativos, explicarles que lo fundamental es esa cosa tan virtual y poco tangible como el marketing".

 

¿Y no les da un poco de envidia el impacto de la multipremiada campaña de Sony del año pasado? "Y, sí", reconoce, "fue un campañón, pero también es un orgullo saber que uno está arriba en ventas, en imagen. Claro, que el masaje de ego de algunos premios nunca viene mal".

 

Pensamiento local, gestión global

 

Michael Conrad, vicepresidente y chief creative officer de uno de los pesos pesados del mundo de la publicidad, aprovecha el sol de Cannes para conocer a su pichón argentino, Bobby Ventura, e integrarlo al desafío que se plantea la agencia a nivel internacional: ser una de las diez más grandes y una de las tres primeras en creatividad.  

 

"Un festival como éste es una especie de feria donde todos pueden venir, estudiar, competir, ver cuál es el estándar mundial en creatividad y tomarlo como un desafío; llevarlo bajo el brazo de vuelta a casa para hacer un trabajo mejor", reflexiona Michael Conrad sentado al lado de Bobby Ventura -flamante responsable creativo de la filial de Burnett en la Argentina- en la terraza de su hotel, protegido del sol de media tarde con una gorra de su equipo, los Chicago Bulls.

 

"Además", prosigue, "nosotros mismos nos preguntamos: '¿Vende lo que hacemos en publicidad?'. Para eso desarrollamos un exhaustivo estudio (que fue presentado por MERCADO en Buenos Aires) y la respuesta es un claro 'sí'. Aun así, algunos son escépticos cuando las agencias tratan de ganar premios, y pienso que debemos cuidar algunos aspectos: tenemos que producir ventas y construir una marca; tenemos que tener clientes felices; tenemos que tener una agencia feliz y una comunidad que nos respete. La creatividad se desarrolla dentro de ese entorno y hay que supervisar todo. Por eso es muy importante cuando las marcas que anunciamos brillan más y tienen mejor imagen que otras en el mercado".

 

La presencia de anunciantes en el Festival le parece fundamental; "primero, ellos también pueden estudiar su categoría, ver qué se hace en el mundo y saber cuáles son los niveles de calidad con los que tienen que competir. Pero, además, pueden detectar cuál es el clisé de la categoría, y eso es muy importante para pensar cómo librarse de él. Al final del Festival se ve el trabajo que de veras prueba nuevas maneras y, por ende, agrega nuevos valores a las marcas. Yo recomiendo a cada cliente que aproveche la oportunidad de venir, y creo que volverán a su país con una gran motivación para cambiar la vieja creatividad de la agencia".

 

Marlboro man

 

Alemán de origen, Conrad construyó su propia agencia en Frankfurt, que en 1980 se fusionó con Leo Burnett. Tiempo después aterrizó en la oficina de Chicago donde -entre otras muchas tareas- contribuyó a hacer crecer la marca Marlboro a punto tal de ganarse entre sus pares el apodo de Marlboro man. Desde esta perspectiva, requerir su opinión acerca de las recientes disposiciones adoptadas en Estados Unidos sobre la publicidad de cigarrillos parece inevitable. "Tenemos que estudiar bien qué significan estos acuerdos", afirma con cautela; "ver lo que está permitido y lo que no, esperar un briefing del cliente, y eso va a llevar tiempo. Cuando uno recorre el mundo se encuentra con diferentes situaciones de mercado influidas por ciertas restricciones, ciertas posibilidades, y nosotros tenemos que ser buenos ciudadanos y vivir de acuerdo con la ley. Claro que creemos que un producto legal debería gozar de la libertad de expresión, tener el derecho de ser publicitado".

 

 

De vuelta al territorio de Cannes, cuyo jurado presidió en el '96, se aviene a describir lo que considera el mejor perfil para alguien con esa responsabilidad: "Sería bueno si comprende un poco el mundo, los diferentes mercados, ya que se trata de un festival mundial que está basado en la publicidad local de todos los países; por eso tiene que reunir al equipo para que se escuchen unos a otros y, en algunos casos, estén dispuestos a revisar ideas locales si no son fáciles de entender pero representan soluciones altamente creativas. Tiene que ser un constructor y no un dictador. La dirección de este año me gusta -incluso más que la mía-, eso de 'creatividad con un propósito', y pienso que va a ser la base de un buen festival".

 

¿Qué espera de Ventura y de Burnett en la Argentina? "Nuestra estrategia es estar entre las diez agencias más grandes del mundo y entre las tres mejores en creatividad. Ahora estamos entre esas diez y el año pasado, si tenemos en cuenta todos los premios que ganamos en el mundo, fuimos la agencia más premiada, así que la estrategia funciona. Allá, Bobby (Ventura) nos va a convertir en una de las tres mejores agencias en creatividad, él tiene talento y tiempo para hacerlo con sus colegas", dice mientras palmea a un Ventura que, ante esa mezcla de halago y desafío, reconoce que "ése también es mi sueño; cuando me llamaron, lo primero que pensé fue que lo que Burnett estaba buscando y lo que yo pensaba eran lo mismo, la misma idea".

 

El poder de la red

 

Conrad cree absolutamente en las redes: "Por lo menos 50% del negocio publicitario está en manos de compañías globales y no hay otra manera si uno quiere conservar la uniformidad de la marca". Sin embargo, no adhiere al principio think global, act local; "simplemente se trata de entender la frase misma", sostiene. "Esta estrategia no permite un pensamiento local, sólo una implementación local; es una idea centralista que no genera compromiso y en nuestra experiencia conduce a un alto índice de fracaso. Nosotros la damos vuelta: pensamos localmente y después manejamos el pensamiento de modo que se adapte a la visión de una marca o a otro punto en común en todo el mundo. Puede ser el mismo producto, pero surgen diferentes estrategias porque la gente hace diferentes cosas con él."

 

Claro que se ocupan de integrar a sus distintos responsables locales en la estrategia y la filosofía global de la agencia, aunque cuidándose bien de no caer en estructuras burocráticas. "Si se parte de un pensamiento centralista", sostiene, "una campaña se va a dictar desde Estados Unidos; si se piensa localmente, y la dirección lo siente, se permite a la gerencia local -que también es responsable de las ganancias y de las pérdidas- aplicar lo que yo llamaría una técnica gestáltica. Se tienen posibilidades de evaluar, descubrir cosas, sacar conclusiones, y se le da a la gerencia local el beneficio de la duda. No es que 'demos libertad', simplemente decidimos con nuestros clientes qué es lo que está bien. Un equipo global sólo funciona si tiene la capacidad de crear un equipo local en torno de ese desafío".

 

 

Ideas para vender productos

 

Alumno dilecto de Bill Bernbach, Ted Bell pasó también por Leo Burnett hasta recalar en Young & Rubicam, donde se ocupa de la creatividad mundial de la red. Convencido de que las ideas creativas son siempre locales, destaca en ese aspecto el potencial de América latina y en especial el de la filial argentina.

 

Ted Bell porta un currículum que lo define como uno de los grandes nombres de la creatividad internacional. Trabajó diez años con el mítico Bill Bernbach, a lo que le siguió otra década en Leo Burnett -donde fue presidente y chief head officer- para recalar finalmente, hace cuatro años, en Young & Rubicam con la responsabilidad de director creativo mundial.

 

Desde esa trayectoria, exhibe una inmejorable perspectiva para evaluar las transformaciones en la actividad durante los últimos años. "No creo que haya habido cambios sustanciales en lo que hace al negocio en sí", señala. "Aún se trata de tener ideas para vender productos. Es decir que el concepto no cambió, aunque sí la manera de llevarlo a la práctica. Para el creativo, el impacto más poderoso fue el de la tecnología, el boom informático, pero aun así hay que tener una buena idea, sin ella no se tiene nada, no importa cuán alto sea el valor de la producción. Gracias a Dios, las máquinas no piensan."

 

En cuanto a la globalización, cree que "lo tramposo es que unos años atrás todos creían que iba a haber esto llamado 'marketing global', que todas las marcas iban a ser globales, pero ello no es posible. No se puede tomar cualquier producto y decir: 'Lo voy a convertir en una marca global', porque las culturas son demasiado diferentes para que una idea creativa funcione en todos los países; la creatividad es local, con unas pocas excepciones. Coca, Pepsi, quizá Nike, Levi's, pero eso es todo".

 

 

La apuesta latinoamericana

 

 

Más allá de su concepción de la globalidad, Young & Rubicam es una de las más importantes multinacionales de la actividad, con oficinas en casi todo el mundo que le pertenecen totalmente o constituyen sociedades donde Y&R lleva la batuta. Bell habla de una suerte de filosofía o cultura "Young & Rubicam" para explicar la manera de integrarse de la red.

 

Su posición de pivote internacional le permite comparar el potencial de las distintas regiones, a nivel creativo y en volumen de negocios. "Para mí", apunta, "los avances más grandes en el negocio se dieron en América latina. Y en Buenos Aires, Río de Janeiro y San Pablo es donde vi el mayor progreso en términos de creatividad. Hicimos unos trabajos estupendos en la Argentina; sí, diría que es la que más mejoró. Y también podría señalar a Australia como un área de parecidas características".

 

 

 

Dentro del mundo sajón, ¿cuál es la diferencia entre la publicidad británica y la estadounidense? Bell, un norteamericano que ama la creatividad inglesa, piensa que "nosotros somos demasiado chatos tratando de vender, y ellos a veces se alejan tanto tras el arte que se olvidan un poco de que se trata, precisamente, de vender. Pero admiro la calidad de lo que piensan y escriben, la dirección, la actuación; me parece que son los mejores. Y tengo una teoría para explicarlo: la publicidad televisiva estadounidense salió de la radial, que básicamente era cantada; anunciantes, jingles, todo venía de la radio. Cuando apareció la televisión, sacaron las ideas de la radio y las trasplantaron: les pusieron una cámara a las personas, hicieron cantar los jingles en un escenario, y así. En Gran Bretaña, dado que la BBC tenía prohibida la publicidad en radio, los anuncios televisivos nacieron más del teatro, del cine, y ésa es toda una diferencia. Allá hay una fuerte tradición de grandes actores y autores de teatro desde hace cientos de años. Nosotros no tenemos eso, creo que por ese motivo ellos son mejores".

 

Su reflexión final roza un tema añejo: "Pienso que los clientes sospechan un poco de los festivales y los premios; qué se le va a hacer. Pero estoy seguro de que los avisos que ganan premios son mejores en ventas que los mediocres o apagados, y eso ya se ha demostrado".

 

Las redes funcionan con comunicación

 

Australiano formado en Londres, Bob Isherwood ocupa desde hace menos de un año el cargo de director creativo mundial de la cadena Saatchi & Saatchi, desde donde apuesta a la interacción permanente para enriquecer al conjunto.

 

Graduado en la escuela de artes en su Melbourne natal, Bob Isherwood se trasladó a Londres para zambullirse en el mundo de la publicidad. Después de cinco años en la oficina local de Young & Rubicam, pasó a Collett Dickenson Pearce, una agencia vastamente reconocida en los '70 como de las más creativas del mundo. Allí se quedó durante 12 años y se transformó en uno de los directores de arte más premiados del Reino Unido. De vuelta a Australia, se consagró como un director creativo líder y se dio el gusto de obtener el primer León de Oro en fílmica para su país.

 

Desde 1986 en las filas de Saatchi & Saatchi, fue designado en agosto del año pasado director creativo mundial de la cadena.

 

Enfrentado al cuestionamiento en boga respecto de las redes -su pesadez, su burocracia, su pérdida de creatividad-, responde que "eso depende de cómo uno estructure la red; yo pienso en las redes como conjuntos de gente pensante, que proporcionan una serie de posibilidades que de otra manera no serían factibles. Por ejemplo, si no fuéramos una red, no podríamos concretar el Showcase de nuevos directores que presentamos desde hace años en Cannes; lo hacemos porque tenemos oficinas en todo el mundo y somos capaces de detectar y recolectar esos trabajos. Otro periodista me preguntaba esta mañana por qué lo hacemos. Me puse a pensar en ello, y es porque cuando comenzamos con esto en 1991 no había modo de que un nuevo director pudiera tener presencia frente al mundo. Así, pues, las redes están en condiciones de ofrecer un montón de alimento creativo, y eso es muy bueno para la actividad".

 

Otro de los beneficios que Isherwood destaca de este tipo de organizaciones es que "permiten trabajar en una agencia local y ser parte al mismo tiempo de una experiencia global; por ejemplo: Pablo del Campo (director general creativo de Lautrec Nazca S&S) tiene libertad de pensamiento pero a la vez puede aprovechar toda nuestra experiencia global. Y nosotros también aprovechar la suya. Podemos incorporar tendencias del mercado más sofisticadas en algunos países e incorporarlas a mercados menos sofisticados de manera que los clientes se beneficien con la nueva información. Las redes no funcionan cuando la gente no se comunica".

 

Ideas que se sienten

 

Como la mayoría de sus pares, Isherwood está convencido de que lo más importante de la actividad son las ideas; "no hay nada más", enfatiza. ¿Cuáles prefiere? "Sé que es algo obvio, pero por supuesto me gustan las grandes ideas. Una manera muy simple de evaluar esto es ver si esa idea funciona en uno; cuando es buena, se la puede sentir, hay algo que vibra. Le doy un caso concreto: en Estados Unidos alguien tenía que hacer un comercial para conseguir sacerdotes para la Iglesia, lo que se dice un brief difícil. Creó un poster cuyo copy dice: 'Que haya un sacerdote como yo', y la imagen mostraba a Cristo en la cruz; sin duda, es algo que se puede sentir vibrar, incluso si uno no es creyente. Algunas veces se puede trabajar con humor, otras con las emociones, en realidad no importa mucho. Nike no usa demasiado humor, y es poderosa; otros sí lo hacen, y también son poderosos. Depende en cierta medida de la personalidad que se le quiera dar a la marca, es una actitud de la compañía; uno no compra zapatillas, compra una actitud."

 

En cuanto a la trascendencia de festivales como el de Cannes, estima que "es el único lugar donde se puede medir el propio trabajo frente al de todos los demás; si uno sale vivo de ahí, sabe que aún puede competir en el mercado. Desde ya, es fantástico que vengan los jóvenes, y también los clientes, para que vean los miles de avisos de todo el mundo y puedan comprobar si están haciendo lo mismo que los demás. O no".

 

El tumultuoso alejamiento de los hermanos Maurice y Charles Saatchi, fundadores de la agencia, debe haber supuesto alguna conmoción en la cadena. "La verdad", dice Isherwood, "cuando ellos estaban ahí, el año anterior a que se fueran, no ganamos ningún premio, y al año siguiente de su partida nos ganamos todo, aquí y en la mayoría de los certámenes regionales. Financieramente, somos más grandes y más rentables que cuando ellos estaban. Ahora nos disponemos a atravesar otro cambio, ya que estamos a punto de separarnos de Bates Network, tenemos un holding propio con el que vamos a estar en línea tal vez a partir de enero, y eso es bárbaro porque se trata de algo nuevo".

 

Su impresión de Lautrec, la agencia asociada en la Argentina, es óptima: "Creo que es fantástica; ya desde el espacio físico se aprecia el espíritu, el concepto. Cuando entré, pensé: 'Si uno es un cliente, se tiene que enamorar de este lugar'. No parece una típica oficina, están el director creativo, el ejecutivo de cuentas, el planificador de medios, todos trabajando juntos, en equipo; me parece excelente".

 

"Me gusta el jogo bonito"

 

La agencia de Fernando Fernández acaparó los tres Leones de Plata en gráfica con sus avisos para la compañía de seguros de retiro La Estrella, a partir de pensar desde la gente y las ideas simples, en una suerte de retorno a las esencias.

 

"Es una alegría enorme, increíble, y, bueno, estamos disfrutándola", dice Fernando Fernández, un personaje tan reconocido por su creatividad como por su sencillez. Presidente y director creativo de la agencia que lleva su nombre, se lanzó hace casi dos años a la aventura de la independencia movido por un puñado de principios, el primero de los cuales plantea: "No creemos en la publicidad sin creatividad".

 

"Esto me lo enseñó Bernbach -con quien nunca trabajé", señala, "y también David Ratto, con quien gracias a Dios estuve. Y me parece que realmente la cosa pasa por ahí; la esencia es la idea. Yo no creo que sea creatividad lo desopilante, el chiste por el chiste en sí mismo; pienso que el humor es una de las herramientas que tiene la creatividad. No es la única, aunque hoy en día sea la que más se utiliza. Me parece que hay que defender día a día esto de volver a las ideas, lo que uno aprendió en las raíces, algo tan vapuleado actualmente por la electrónica, la MTV, todo eso. Si tuviéramos un eslogan como agencia, sería, seguramente, 'volver a las fuentes'".

 

Para Carlos Hermansson, vicepresidente y director de Atención al Cliente, "el negocio se está redefiniendo, porque hoy los clientes hacen su marketing, cursan los medios, encargan directamente las investigaciones. Entonces, ¿cuál es el metier de la agencia como proveedora de servicio de comunicación?: creatividad. Es un punto al que estamos volviendo, no sólo localmente sino internacionalmente: a las agencias se les demanda creatividad, que es realmente el diferencial que tienen como empresa".

 

Back to basics

 

Con respecto al concepto base de esta campaña para seguros de retiro La Estrella, Fernández plantea que "lo primero que hicimos fue analizar la esencia del producto y su problema, y su problema es que el target piensa que nunca va a ser viejo. Pero la realidad es que la vida sigue; entonces, ¿por qué no vivirla dignamente? Así que decidimos enfocar la campaña con un tratamiento muy humano y desde las cosas que le pasan a la gente, con ideas que reflejan un poco esa simpleza. Porque otro de nuestros principios básicos es 'soluciones simples de situaciones complejas', y creemos mucho en eso. En el caso de una AFJP o una compañía de seguros de retiro, para mí es como un producto farmacéutico: para complicado está el prospecto; vamos a tratar de venderle a la gente esto que le cura la gripe, ya después el prospecto se encarga de complicarlo. Mensajes claros, concretos, y quizás ése es el secreto del éxito de La Estrella: hablarle a la gente, decirle: 'Usted decide'".

 

Cuando se le señala que en los avisos hay un sutil, ligero toque de humor, Fernández reconoce que "el humor es la llave para entrar a un tema que la gente prefiere no tocar. Y también es como la fotografía; nosotros casi nunca hacemos avisos con ilustraciones porque el dibujo te permite todo, pero la fotografía es la verdad. Lautrec también usó el humor con Consolidar, y lo hizo muy bien".

 

Además de los tres Leones de Plata, Fernando Fernández se ubicó entre las 10 agencias independientes más creativas del mundo, exactamente en el octavo puesto. ¿Agrandados por eso? "No", asegura, "desde el punto de vista profesional yo digo que los premios son una gratificación, alientan, pero a veces dejan esa cosa de 'yo pensé que tendría que haber ganado y no gané', o 'creí que esto no iba a ganar y ganó'; son muy subjetivos. Prefiero quedarme con dos grandes satisfacciones que tuve en mi vida publicitaria: la primera cuando 'Cuatro cabezas', de Noblex, más allá de haber ganado muchos premios, se publicó en una revista holandesa que recopila la mejor publicidad del mundo; ahí me dije: 'Estamos en carrera, hay que seguir'. Y hoy nos pasa con esto de la octava agencia, es como 'vamos que se puede'. No tengo nada contra Racing, pero no quiero seguir viviendo el gol contra el Celtic; creo que esto para lo único que sirve es para decir: 'se puede, hay que darle para adelante y lo único que hay que hacer es trabajar'".

 

Plantado en la metáfora futbolística, Fernández se identifica con José Pekerman: "Yo estoy cerca de lo que es el trabajo, de gozar con lo que se hace, del jogo bonito; si en el Mundial del '86 teníamos un arquero con nueve dedos por capricho del entrenador, con uno que tuviera diez no íbamos a dejar de salir campeones. La cosa es hacerlo todo un poquito mejor, porque 'cómo no se va a vender con $ 10 millones en pauta', pero el tema es tomar otro camino, el de creer en la publicidad de verdad. Y caemos en el ABC de la cuestión: sin idea no hay comunicación. Es bueno volver a decirlo, porque es tan tonto que por ahí no se entiende".

 

Los bronces de la televisión

 

El equipo de Ratto BBDO que creó esta pieza para el producto Baygón Verde, un cucarachicida de efecto residual, estuvo encabezado por José Mollá -hoy emigrado como director creativo a la exitosa agencia estadounidense Wieden Kennedy- e integrado por Joaquín Mollá como redactor y Juan Manuel Ricciarelli en la dirección de arte. Según sus creadores, la idea central apuntó a instalar el concepto de que el producto sigue actuando varias semanas después de su uso y que logra el resultado de establecer una suerte de barrera protectora para que las cucarachas ni siquiera entren a la casa. El recurso de la animación -para el que se consiguió un sofisticado software importado- reforzó la cuota de humor y el impacto del comercial. Fue dirigido por Carlos Sorín y realizado en apenas dos semanas, lo que consideran una verdadera proeza. Finalista en el Clío y en el Fiap, obtuvo una de las preciadas estatuillas de bronce de esta edición de Cannes.

 

Después de rodar por varios festivales del mundo -en Londres se alzó con la codiciada figura alada-, esta pieza de Juan Cravero reincidió en Cannes, este año inscripta por Young & Rubicam, la agencia donde ahora su autor ejerce como director creativo. Ya había tentado suerte en la edición anterior pero, por haber estado inscripta en una categoría que no le correspondía, las autoridades de la Riviera la aceptaron esta vez en Corporate, donde finalmente logró atrapar un León de Bronce. Realizada con un bajo presupuesto, "Guitarrista" impacta por su concepción y la sutileza del manejo del sonido -que forma parte del concepto y fue responsabilidad de los muchachos de La Raya-, y ratifica que la creatividad se impone a las estrecheces monetarias.

 

Entre el prejuicio y la soberbia

 

Fue una experiencia fantástica que, como alguna clase de experiencias, uno no quiere volver a repetir. Me gustó transitarla y pienso que lo tenía que hacer, pero es una semana muy fuerte, agotadora por la cantidad de piezas que se ven, por los horarios y, sobre todo, por la presión que uno siente a sus espaldas; es como si la responsabilidad cayera sobre el jurado y no sobre los comerciales que hicieron los demás, como si todos estuvieran en manos de uno.

 

Pero, nobleza obliga, debo aclarar que yo no recibí ningún tipo de presión de parte de mis colegas argentinos; todos se portaron muy bien conmigo, no me hicieron sentir ninguna forma de pressing, ni siquiera me preguntaban. Después descubrí que la presión era interna, mía, eso de ser "representante de", que tiene una carga muy fuerte.

 

En cuanto al desempeño dentro del jurado, no hubo pelea; diría, más bien, discusiones, pero en buenos términos. Obviamente, los anglosajones siempre tratan de hacer prevalecer sus ideas, que creo que son muy buenas, de alguna manera mejores que las del resto del mundo. Pero eso no implica que otros no puedan tener también piezas muy buenas; no obstante, ellos tienen un prejuicio en cuanto a que si no es de sus países no tiene la misma calidad. De ahí que las discusiones fueron en torno de eso, de defender cosas que uno cree que merecen ser premiadas más allá de su origen; quebrar un poco el prejuicio, decir: "Este comercial es bueno, no importa si es de Bangladesh, la Argentina o Inglaterra". El presidente fue muy polite; escuchaba, era reflexivo; tuvo una actuación correcta.

 

En general estoy muy contento con el reel final, creo que la torta de Oros es brillante, realmente se premió lo mejor; con los Platas estoy de acuerdo en 75, 80%, y con los Bronces en 50%. El Grand Prix está bien, aunque también lo hubiera estado si se elegía a alguno de los otros tres candidatos -Alka Seltzer, Guinness y Tango-, y eso indica que había buenos materiales.

 

Con respecto a la performance argentina, tuvimos más short lists que las previstas, y cuando llegamos a la short short quedaron cuatro y se obtuvieron tres premios, lo que me parece que está bien; claro que me habría gustado meter algo más, pero no fue fácil. Haber ganado un Oro en televisión después de tantos años creo que es muy bueno, es como sentar un precedente bárbaro, algo así como "volvimos a las ligas mayores". Y haber formado parte del jurado que lo otorgó por supuesto me hace feliz. Creo que otros años hubo buenas piezas como para Oro, pero quizá funcionó de parte nuestra la otra cara del prejuicio, de pensar que no podíamos llegar; yo me dije: "¿Por qué no?", y decidí empujar. Pero sin sobrevaloración -nada de "somos los campeones del mundo"-; quizá la cosa pase por ese delicado equilibrio entre el prejuicio y la soberbia.

 

Un clásico nacional

 

Los casi 130 patriotas que asumieron el desafío de enfrentar a los Leones en la Costa Azul, se reunieron en la tradicional cena que año a año ofrecen "los Suez" -Luis y señora, Andrea, Mariano y Javier-, representantes locales del Festival. Como de costumbre, entre manjares y buenas bebidas, los asistentes no se privaron de opinar.

Ramiro Agulla Presidente - Agulla & Baccetti

 

"De lo que vi hasta ahora en el Festival, en televisión no hubo cosas que me gustaran mucho. Sí me encantó el Grand Prix de gráfica. Respecto de qué pasa con nosotros, no sé, será que me dan miedo los leones. Bueno, nada, ya van dos años seguidos que no ganamos, y no estamos acostumbrados a no ganar. Recién estábamos hablando con Máximo (Anselmo), y yo le decía que la última vez que ganamos un León fue hace dos años. Pero no nos gusta llorar, en vez de eso vamos a ganar en el '98. Un León de Oro, como mínimo. Porque ya tres veces sería... Pero Cannes es muy así; creíamos que íbamos a ganar en gráfica y no entramos ni en una short list. Claro que es medio anecdótico, la semana ésta te importa y después ya no te importa más. Sin embargo, tiene que ver con nuestro carácter, y nuestro carácter es muy competitivo; es venir y ganar, así que tomo ese compromiso. Cualquier persona normal no debería desesperarse porque dos años seguidos no gana nada en Cannes, pero Agulla & Baccetti sí. Así que el año que viene se los dedico. Prometido."

 

comentarios

 

Omar Di Nardo

Director general creativo - R. De Luca Publicidad

 

"Lo que he visto, en comparación con otros años, es, en general, bastante flojo. No encontré aquella pieza -como encuentro todos los años- de la cual hablo, ni puedo imaginar cuál puede llegar a ser la que gane el Grand Prix. Sí me pareció excelente la gráfica, superando a la televisión. En fílmica hay categorías que me decepcionaron totalmente, muy cargadas de cosas que no sirven. Hablo en general, no de las piezas argentinas, entre las que hay algunas muy buenas que quizá no trascendieron como deberían haberlo hecho. Lo que más me gustó es haber visto a esos dos chicos (el equipo de Young Creatives), que tuvieron las mismas alternativas que todos, el mismo tiempo, el mismo material, e hicieron esa pieza y ganaron. Eso, para mí, es como el Grand Prix; eso es publicidad, eso vale."

 

Gabriel Dreyfus

Presidente - Dreyfus Comunicaciones

 

"Siempre hay que tener presente que éste es un festival internacional, con sus pros y sus contras, y que los premios son buenos y es lindo ganarlos, pero hay cosas que son muy importantes localmente y no ganan premios afuera. Pero además está pasando algo en este festival, y es que hace 15 años los jurados de Cannes eran números uno indiscutidos en el mundo; ahora el certamen se ha ampliado -porque el mundo lo ha hecho-, y de pronto hay un chino, un croata, un serbio, y ahí ya son códigos totalmente distintos. Uno no puede ser elitista porque después de todo viene del fondo del planeta, pero yo me cuestiono si un croata o un ruso que hace cuatro años no sabía qué era la publicidad está en condiciones hoy de ser jurado en Cannes. Creo que no, quizás alguno excepcionalmente, pero que 30% del jurado sea de países que hace unos años no tenían publicidad me parece un disparate. Se baja el nivel; una cosa es que el premio lo dé David Ogilvy, y otra, que el que lo otorgue sea Wan Ho.

 

Después, lo de gráfica; la Argentina tiene un buen resultado porque gana tres Platas, y me alegro por Fernando Fernández, porque los tres son de él. Pero son tres piezas con la misma idea, y en la producción argentina había 15 piezas tan buenas como ésa y no están, y ni siquiera llegaron a la short list.

 

En otro terreno, de pronto hay cosas hechas para concurso, como por ahí el premio de la película 'Guitarrista', que es buena, pero yo no sé si existe siquiera la academia de música que figura como anunciante."

 

Rodrigo Figueroa Reyes

Director general creativo - Pragma/FCB

 

"Cannes me parece alucinante porque es mi primera vez; yo sabía por lo que la gente me comentaba, pero no me imaginaba lo que era esta energía, esta carga de adrenalina. Y también el hecho de sacarme de encima algunos mitos que uno tiene con ciertos países que cree que lo único que mandan son genialidades, y por cierto tienen cosas geniales, pero 1también cosas normales y hasta malas, como tenemos todos. Lo que pasa es que yo estoy acostumbrado a ver los premios, y decía: 'Qué increíble, cómo trabajan estos tipos'; ahora me doy cuenta de que sí, trabajan bárbaro, porque muchas veces esas películas superan por lejos lo que hacemos nosotros. Pero el resto, las que vienen abajo, cuando uno ve las categorías completas, se da cuenta de que hay de todo; muchas iguales a las nuestras, y muchas peores."

 

Jorge Heymann

Director general creativo - Savaglio TBWA

 

"El festival siempre tiene un buen nivel, nunca se premian cosas que están mal. Cuando uno ve todas las categorías se da cuenta de que sigue siendo uno de los certámenes más importantes del mundo; algunas veces hay piezas premiadas que son excelentes, pero la mayoría de las veces son buenas o muy buenas. En realidad vine a ver algunas categorías. Lo que es una pena es que haya muchísimas ideas interesantes que no llegan a la short list; pero claro, hay un cupo, como hay un máximo de piezas que pueden llegar a sacar Leones en porcentaje estadístico. Venir acá es muy valioso para cualquiera que trabaje en esta profesión: para un creativo, para un cliente, para un hombre de cuentas. Es la posibilidad de sumergirse una semana en esto, ver todo el material, y volver preocupado por pensar en qué se puede mejorar lo que estamos haciendo nosotros."

 

Darío Straschnoy

Presidente - Young & Rubicam

 

"La short list de press and posters me ha gustado muchísimo, toda la gráfica tiene como un pase intermedio, unos diez segundos para pensar. Uno ve un aviso y tiene que hacer un click por una fracción de segundo para eso, para pensar. Y lo de los Young Creatives ha sido fantástico para la Argentina; estamos muy contentos de que nuestro país haya ganado y también de que Damián (Kepel) haya formado parte del equipo. En cuanto a la agencia, estamos satisfechos: tuvimos dos short lists en gráfica, cuatro en televisión; seis es un buen número."